O somos proyecto o somos nada

(Jean-Paul Sartre)

CICLO 2017

O somos proyecto o somos nada
(Jean-Paul Sartre)

Decir Sartre es decir aquello de “El ser humano está condenado a ser libre” o “Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros” o “La existencia antecede a la esencia”. La filosofía de Sartre nos obliga a preguntarnos por las relaciones de la libertad con la responsabilidad, del ser con su situaciónhistórica, de la vida con su sentido. Pero también el pensador francés nos señala que vivir es proyectarnos a un destino que pasa por nuestras decisiones subjetivas, pero que esto se da al interior de condiciones materiales y sociales específicas. La angustia de existir, el tránsito para el ser humano del ser-en-sí al ser-para-sí y, cómo no, la labor intelectual como compromiso social, son otros aspectos decisivos del legado de Sartre, todo lo cual estuvo materializado en su vida cotidiana al interrogar instancias como el amor, la sexualidad y el matrimonio. Volver a Sartre, a su vida y a su obra, es volver a preguntas, a problemáticas y a proposiciones que siguen ahí, con nosotros, sin darnos tregua, por más que el mundo académico, tan lamentablemente atrapado por las cadenas de la moda con relación a los pensadores, haya querido darlo por desaparecido, cosa que habitualmente hace con los pensadores que objetan el modelo de sociedad y civilización en que vivimos. No vacilo en afirmar que si, al igual que Marx, por poner un ejemplo, Sartre está destituido de los planes académicos es porque la fuerza crítica de su pensamiento sigue vigente.

Carlos Mario González
Profesor de la Universidad Nacional

Decir Sartre es decir aquello de “El ser humano está condenado a ser libre” o “Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros” o “La existencia antecede a la esencia”. La filosofía de Sartre nos obliga a preguntarnos por las relaciones de la libertad con la responsabilidad, del ser con su situaciónhistórica, de la vida con su sentido. Pero también el pensador francés nos señala que vivir es proyectarnos a un destino que pasa por nuestras decisiones subjetivas, pero que esto se da al interior de condiciones materiales y sociales específicas. La angustia de existir, el tránsito para el ser humano del ser-en-sí al ser-para-sí y, cómo no, la labor intelectual como compromiso social, son otros aspectos decisivos del legado de Sartre, todo lo cual estuvo materializado en su vida cotidiana al interrogar instancias como el amor, la sexualidad y el matrimonio. Volver a Sartre, a su vida y a su obra, es volver a preguntas, a problemáticas y a proposiciones que siguen ahí, con nosotros, sin darnos tregua, por más que el mundo académico, tan lamentablemente atrapado por las cadenas de la moda con relación a los pensadores, haya querido darlo por desaparecido, cosa que habitualmente hace con los pensadores que objetan el modelo de sociedad y civilización en que vivimos. No vacilo en afirmar que si, al igual que Marx, por poner un ejemplo, Sartre está destituido de los planes académicos es porque la fuerza crítica de su pensamiento sigue vigente.

Carlos Mario González
Profesor de la Universidad Nacional